Videotelemática: ¿vigilancia o asistencia?
El uso del vídeo para captar y analizar la actividad humana se ha disparado en los últimos años.

El uso del vídeo para capturar y analizar la actividad humana se ha disparado en los últimos años. Desde la vigilancia de espacios públicos hasta el análisis en tiendas, pasando por la supervisión de conductores, etc., los avances en tecnología de cámaras e inteligencia artificial han permitido la captura y el análisis de vídeo a una escala inimaginable hace tan solo unos años. Estos avances van acompañados de una tensión inherente al vídeo: el miedo a la vigilancia y a la invasión de espacios que antes se consideraban privados.
La videotelemática, es decir, el uso de cámaras en vehículos comerciales para obtener pruebas de accidentes y otros incidentes, también se ha enfrentado a este problema desde sus inicios. Para los conductores, una cámara que graba cada momento de su trabajo puede suponer una intromisión en su intimidad que, en ocasiones, supera los importantes beneficios que estos sistemas pueden aportar como herramienta de asistencia, tanto a los conductores como a las flotas. Para un sector que se enfrenta a una grave escasez de conductores cualificados, una implantación torpe de esta tecnología sin tener muy en cuenta la experiencia del conductor es una receta para el fracaso.
Un enfoque de esta tecnología más centrado en el conductor empieza por una comprensión legítima de las preocupaciones en torno a la privacidad. Algunas flotas, especialmente las sindicadas y las gubernamentales, tienen restricciones en cuanto a la grabación en cabina. Esto es especialmente relevante para las soluciones monolíticas de doble cámara que incluyen cámaras para la carretera y para el conductor en una sola unidad, donde las preocupaciones sobre la privacidad en torno a la cámara para el conductor no se disipan simplemente desactivando la cámara para el conductor en el software. Para responder a estas preocupaciones, algunos fabricantes de dashcams ofrecen accesorios opcionales para cubrir la cámara orientada hacia el conductor (y también las cámaras orientadas hacia la carretera para flotas que operan en entornos sensibles). Por otra parte, muchos sistemas de doble cámara ofrecen ahora la cámara orientada hacia el conductor como accesorio opcional de la unidad principal.
Más allá del hardware, todo el flujo de trabajo de la solución de vídeo telemática tiene que reinventarse para ayudar al conductor en lugar de vigilarlo. A modo de ejemplo, algunas de las funciones clave que hemos habilitado a través de nuestra plataforma RideView para maximizar la aceptación del conductor son:
- Compatibilidad con múltiples opciones de hardware: Desde los sistemas de cámara única orientados a la carretera hasta las unidades monolíticas de doble cámara, pasando por los sistemas modulares con la opción de añadir cámaras adicionales, nuestra plataforma de software admite una gran variedad de opciones de hardware. Esto ayuda a las flotas a seleccionar la opción que mejor se adapte a ellas y a sus conductores. Por otro lado, una estrategia de hardware única limita las opciones de los proveedores de servicios de transporte (y de las flotas) a la hora de equilibrar la percepción del conductor con la necesidad de mejorar la seguridad de la flota.
- Alertas de voz en tiempo real al conductor: En lugar de ser un grabador de vídeo pasivo, un agente activo (basado en ADAS y DMS) que ayuda a los conductores a evitar accidentes es visto con más benevolencia. Además, estos sistemas actúan como un entrenador virtual, ayudando a los conductores a mejorar en su trabajo con el tiempo.
- Proporcionar al conductor una visión de su propio rendimiento: En lugar de ser cajas negras impenetrables que solo cargan datos para que los vea el gestor de la flota, todas las cámaras compatibles con la plataforma RideView pueden conectarse a smartphones y tabletas, y proporcionar al conductor una vista de sus viajes, infracciones y tarjetas de puntuación en aplicaciones específicas para conductores. Esto tiene dos ventajas:
- El conductor se convierte en parte interesada del proceso, con total transparencia en los datos que se registran sobre su rendimiento.
- Cualquier discrepancia que observen y quieran impugnar puede incorporarse al flujo de trabajo
- Cuadros de mando de conductores y flotas: El uso de ADAS y DMS ayuda a nuestra plataforma a registrar incidentes inseguros que, de otro modo, nunca se habrían registrado a menos que hubieran provocado un accidente real (comportamientos crónicos como ir a rebufo, mirar el teléfono mientras se conduce, etc., que los sistemas convencionales que solo tienen en cuenta los datos del GPS o del sensor G no pueden registrar). Estos datos actúan como indicadores adelantados de accidentes y ayudan a crear cuadros de mando precisos para el conductor y la flota, lo que permite a ésta tomar medidas preventivas. Para los conductores, esto permite la gamificación de su experiencia de trabajo, con todos sus beneficios concomitantes. El bucle de la capacitación de los conductores se cierra cuando las flotas se fijan en los cuadros de mando no sólo para corregir los problemas, sino para crear una cultura de reconocimiento positivo del buen rendimiento.
- Protección de la información personal identificable: El cumplimiento de las normas sobre privacidad de datos, como el GDPR, ha garantizado que nuestros sistemas puedan funcionar con un acceso mínimo a la información personal de los conductores, con soporte para las solicitudes de retirada/eliminación de datos dentro del marco legal pertinente. El uso de IA para difuminar rostros cuando es necesario es solo una de las muchas formas en que la tecnología ayuda a generar confianza en nuestros sistemas.
El valor que la videotelemática aporta a los conductores y a las flotas siempre ha estado muy claro. El discurso predominante en torno a ella, especialmente en sus inicios, siempre se ha centrado en los propietarios y administradores de flotas, debido a que son ellos quienes pagan por el servicio. Para que ahora cruce el abismo y se generalice, es fundamental que se reconozca al conductor como parte interesada en pie de igualdad. Sólo cuando las soluciones surjan de la empatía en torno a la experiencia del conductor, se hará realidad el verdadero potencial de la videotelemática.